El talento musical y el oído absoluto. ¿Forman parte de la genética o forman parte del desarrollo y del aprendizaje?
A continuación, presentamos en esta entrada del blog un tema que nos ha dado mucho de qué hablar en clase. Para ello, hemos buscado información y basado nuestras opiniones de diversas fuentes con la finalidad de llegar a una conclusión a esta pregunta que nos hace dudar de si el talento musical y el oído absoluto provienen de la genética o son parte del desarrollo del aprendizaje.
Bajo nuestra opinión, nosotras pensamos que tanto el talento musical como el oído absoluto son una mezcla en las que entran en juego tanto la predisposición genética de cada persona como el desarrollo de estas habilidades. Esto es así debido a que aunque tengamos más predisposición de forma innata para la música, si no aprendemos, trabajamos y desarrollamos este conocimiento y habilidad para la música, de poco nos sirve tener esta predisposición.
"Las experiencias musicales de los primeros años de vida son esenciales para que crezca esa capacidad musical innata" (Pearson, 2018, p.1).
También pasa al revés, hay personas que nacen con poca predisposición musical, o sin estímulos musicales en su entorno que les ayuden a potenciar este "talento", pero aún así si se trabaja y se potencia el conocimiento y las habilidades musicales, pueden llegar a desarrollar una buena base musical.
Recientes estudios en el campo de la neurociencia y la genética hablan de una interacción entre varios genes diferentes que podrían dar como resultado la aptitud musical. Pero no es así de simple. Una predisposición innata para la habilidad musical no significa nada sin experiencias que desde una edad temprana saquen partido a ese potencial. (Pearson, 2018, p.1)
De esta forma entran en juego ambas partes, la predisposición genética (lo que heredamos de nuestras madres, padres, etc, y que nos facilitan este camino) y el desarrollo y aprendizaje que realizamos y nos brinda nuestro entorno más cercano (los aprendizajes que nos aporta la escuela, en casa, en el conservatorio, etc).
Tradicionalmente se ha defendido el papel de la experiencia en el aprendizaje y mejora de cualquier tipo de técnica. Una de las teorías más extendidas acerca del tiempo que se necesita para convertirse en un experto es la de las 10.000 horas y gira, precisamente, en torno a este pensamiento, el de practicar horas y horas, concretamente 10.000, para dominar a la perfección una materia. (García, 2014, p.1)
Con respecto al oído absoluto u oído perfecto, hay una gran controversia sobre si es hereditario, es decir, a nivel genético y biológico o, por el contrario, si es una habilidad que se aprende y se desarrolla con práctica y tiempo.
"Hasta la fecha, los científicos no han podido determinar si el oído absoluto es de naturaleza innata o si se adquiere durante la niñez. Existen dos teorías, pero ninguna ha establecido claramente el origen del oído absoluto" (3dvarius, 2020, p.1).
El oído absoluto es la capacidad o la habilidad que tiene una persona para identificar correctamente el sonido de las notas musicales sin ayuda o referencia sobre estas.
El oído absoluto es la capacidad de identificar, al momento de escuchar un sonido, las notas musicales que le corresponden sin necesidad de recurrir a una referencia auditiva previa. Así pues, una persona con oído absoluto puede asociar cualquier sonido con una nota. Por ejemplo, será capaz de explicarle que el timbre de la bicicleta de su vecino es un Si (B). (3dvarius, 2020, p.1)
La capacidad para reconocer y asociar los sonidos con las notas no se encuentra en el sistema auditivo sino que se encuentra en el cerebro. Las personas que tienen oído absoluto lo hacen de forma natural, se lleva acabo en su cerebro de forma automática. Mientras que, las personas que no cuentan con esta capacidad, si que necesitarán una referencia para identificar la nota que están escuchando.
Existen dos teorías sobre el oído absoluto, una que afirma que es genética, es decir, que es hereditaria, y otra que afirma que es adquirida, es decir, que se puede aprender.
En la primera los científicos defienden que existe un "gen" para el oído absoluto, así que las personas que cuentan con el oído absoluto comparten este gen, además, afirman que podría estar relacionado con el desarrollo del cerebro. De esta forma, el oído absoluto sería genético y hereditario, transmitiéndose así de padres y madres a hijos e hijas, se trataría de una capacidad innata que no necesitaría aprendizaje.
Con respecto a la segunda teoría, usan el término "adquirido" ya que afirman que una persona puede adquirir el oído absoluto a través del aprendizaje y durante la etapa de la infancia.
Se constituiría durante la época en la que el bebé aprende a asociar los sonidos con palabras. Un bebé descubre la existencia de los sonidos en el útero, pero no es capaz de diferenciarlos hasta que cumple 12 meses. Posteriormente, descubre el aprendizaje del habla, y es en esta etapa en la que comenzará a vocalizar los sonidos que escucha. Es durante estos períodos de varios meses que el niño forja su oído absoluto. (3dvarius, 2020, p.1)
De esta forma, podríamos concluir afirmando que tanto el "talento musical" como el "oído absoluto" es una influencia de ambos aspectos: factores genéticos (hereditario) y factores ambientales y exposición temprana (aprendizaje).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Pearson. (2018, 14 de marzo). El talento musical: ¿es innato o se aprende? [blog]. Recuperado de
García, A. (2014). La genética y el talento en la música: no solo vale practicar para ser un genio. Elconfidencial.com. Recuperado de
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